El peso

UN DESAPARECIDO



Un peso colombiano es algo que muchos de los actuales compatriotas desconocen, yo tuve el privilegio de hacerlo cuando era un billete elegante con un cóndor estampado en él, mi madre acostumbraba a decir que había que hacerlo chillar para gastarlo. También lo conocí en forma de una portentosa moneda de a peso, que hacía que uno sintiera que tenía un peso.



Un peso en esa época no servía para mucho, pero era un desvare. Ahora si no sirve para nada porque no existe; así como se oye, el peso no existe. Es una falacia más de las que nos cuentan al común y lo creemos. Así sucesivamente, luego de perderse el peso, se fueron extinguiendo los cinco pesos, cuyo billete también tenía al cóndor para seguirlo haciendo berrear. 

Definitivamente el cóndor no parece tener buena espalda para detener la inflación.



Ya en los años noventa aparece una famélica moneda de 50 pesos que tenía la semblanza de las monedas de 50 centavos que alcanzamos a conocer en los años setenta. Esa moneda muy débil en su poder adquisitivo, se convierte luego en el nuevo siglo de las luces en un remedo de moneda, una monedita insignificante de CINCUENTA PESOS.

Monedita de 50 pesos

Con cincuenta pesos no se puede comprar algo. La gente no se agacha para recoger del piso la moneda que alguien tiró al suelo para no cargarla, es vergonzoso agacharse por una moneda de éstas. En los mercados se ofenden si les damos un par, o peor aún unas cuatro moneditas de 50, para completar los doscientos pesos, que en algo conservan algún sentido adquisitivo.

De modo que ¿dónde está el peso colombiano? 

Aun cuando existiera no tendría vida propia, no serviría ni para jugar al Tío Rico.

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