En esencia


En los quince calciné el llanto
con decisión lo ahuyenté
con desesperación lo conjuré
del todo se perdió.

A veces lo eché de menos,
sin mayor éxito lo invité a volver.

Ahora mi mundo se derrumba
mi corazón de nuevo se acongoja
mi llanto brota como río
descansa mi alma.

Las lágrimas me alegran.
¡Qué haría sin ellas
ahora, que todo lo son!


LAS LUCHAS ÉTNICAS


Compasión habrían de tenernos
quienes la escombrosa historia surcan
observando los terribles desastres ocurridos
en la dulce América inmortal.

Compasión por los huérfanos indefensos
que no teniendo ansias de conquista
llegamos cual esporas derramadas
por el ímpetu de vientos sofocantes.

La fraternidad no ha sido suficiente
para encontrar cobijo en otras tierras
llevamos la mancha del vejamen,
ancestral huella calcinante.

Compasión y perdón nos merecemos,
reconociendo nuestra mala pata:
haber nacido en esas carabelas
sin compartir sus nauseabundos sueños.

Los polvos de una raza universal nos unen como hermanos
a quienes rechazamos las vilezas y ultrajes
cometidos por los hijos de cualquier raza.

Somos un pueblo adolorido,
una raza cósmica de soñadores,
dolientes de la dignidad y la justicia
en un mundo que nos deja atrás.



NES


       “Parezco mucho y soy poco...”

No soy hecho de piedra,
como cera me derrito
cual prematuro tiemblo.
Me enternezco de emoción
y a la guerra estoy dispuesto,
toda mi pasión por un ideal.
La amistad es mi bandera
el amor mi puerto
la paz mi codiciado lujo.
Por las debilidades me acongojo
en los desafíos me agiganto
y sigo destilando un trino
el más fiel en las andadas.
Soy un Bolívar sin espada
un San Jorge de a píe
presto Quijote sin su Sancho.




AIRES LIBERADORES


La libertad perdida:
la fronda melena que no vuela
no existe
no hay brisa que pueda remecerla.

El amor,
la libertad,
la dicha y la esperanza,
todas resumidas en mi melena al viento,
el aliento del mundo
dulcemente golpeando mi retraído rostro,
despejando mi frente,
elevando mis lacios negros pelos.

Recoger las noticias de espacios muy abiertos
llegando en la caricia de vivificas brisas,
radares en mechones la libertad intuyen
en la fragancia plena de los vientos viajeros.

Si no hay una melena para hacerla volar,
qué tristes se irán, que triste quedaré.
Si no hay una melena
será la negación de los amores libres
contigo amada brisa.

Cuando me veas dispuesto acaríciame brisa,
cuéntame de tus vuelos amada libertad.
Cuando veas mi melena estática y dormida
remécela en tu furia,
cuando no halles en donde enredar tus caricias
dale un giro a tu rumbo
casi muerto estaré.

 



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