Homenaje a la grandeza

EL DICTADOR REPUBLICANO


"Sin fuerza no hay virtud y sin virtud perece la República."

“En éste país no se puede vivir; hay demasiados granujas.”

El corazón de un hombre se conoce en sus sueños,
pero principalmente en sus renuncias.

El Libertador no solo cabalgó sin barreras
y luchó con el coraje de diez llaneros,
en especial soñó con un país recto
con un gobierno honorable, a su semejanza.

Humano como era disfrutó su Gloria
conquistada en perseverantes fatigas.
Confió en hombres pusilánimes, su gran error.
Desconfiaba de un pueblo esclavo y sin ideales
por ello se atornilló a la dictadura aborrecida.
Lucho más allá de sus fuerzas la unidad
sólo encontró envidias y desilusión.

La única que lo mantuvo en pie
su libertadora, compartió también su Gloria,
ambos sintieron el fervor de patria
y el sueño frustrado de una gran nación.



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