La vida que nos correspondió

GRANDES MOMENTOS El niño disfruta su riqueza cuando lo dejan cuando el adulto no siega ese resplandor mágico; nos cautiva el infante con su aura divina sin él darse cuenta de todo su caudal. Es el bebé un oasis de energía vital nos transforma y recuerda nuestro gran potencial, el niño nos devuelve el amor a la vida a sus múltiples formas y manifestaciones. El joven es potencia que nada le detiene su corazón no alberga un miedo al porvenir, se ama con locura la pareja soñada: asegura al planeta la multitud que alberga, es todo un potencial de fuerza en movimiento para empujar al mundo en sus trayectos brumos. La belleza explota en todo su esplendor es la época dorada del vanidoso ser, se pavonea ruidoso sobre la alfombra roja. Es el adulto esclavo de sus propios deseos proyecta y planifica lo que su anhelo quiso, lo conmueven los niños, al joven lo protege al anciano lo mira con consideración, su esfuerzo garan...